Mi nombre es Maribel, soy arquitecta y ceramista. Como arquitecto estoy acostumbrado a buscar la perfección. Como ceramista intento aceptar la imperfección. Mi viaje por la cerámica comenzó en 2018, cuando pasé por un estudio de cerámica en Alemania y decidí asistir a mi primera clase de cerámica. Me enganché de inmediato. Además del arte de la alfarería, aprendí a dejarme guiar por la arcilla, por las texturas y formas que nos permite crear. Al emerger en el concepto japonés de Wabi-sabi, desaceleré y comencé a aceptar la belleza en la imperfección, terminando encontrando en ella la serenidad, serenidad que pretendo transmitir en mis piezas. Único, hecho a mano e inspirado en las formas orgánicas de la naturaleza, sus texturas y formas. Y es el hecho de que estén hechos a mano lo que les confiere su singularidad, ligereza y minimalismo.